Esta receta me la preparaba Frauke, la mujer de Uwe, los dueños de una granja de vacas donde hice una práctica un verano en Krograspe. Entre ellos hablaban Plattdeutsch, un dialecto del alemán. Aquí tenían su huerto, la leche y productos lácteos de su cooperativa, la carne de las vacas propias y los mercados locales...se comía maravilloso. Los recuerdo con mucho cariño.
CS: Cuchara sopera. CP: Cuchara pequeña
Ablandamos el pan en un cuenco con agua. Hidratamos los tomates 15 minutos en agua templada.
Picamos cebolla y ajos muy pequeños.
Tomamos unas hojas de tomillo y de perejil y los picamos también.
Se machaca en un mortero la pimienta en grano junto con las semillas de hinojo.
Cortamos la piel del limón, teniendo cuidado de no añadir la parte blanca.
Secamos los tomates y los picamos muy pequeños. Picamos la cáscara de limón muy pequeñita. El pan lo estrujamos muy bien y lo desmenuzamos lo más posible.
Batimos los huevos y lo mezclamos junto con el resto de los ingredientes y junto con la carne picada, usando para ello las manos.
Pintamos el molde de aceite y colocamos esta masa.
Lo metemos en el horno precalentado unos 45 minutos a unos 180-200 grados con papel de aluminio por encima, que retiraremos a los 30 minutos.
Con un palillo de madera comprobamos la carne hasta que salga sin jugo.
Este pastel de carne se puede acompañar de unas Bratkartoffel o un puré de patatas casero.
Fuente: http://www.martafontmerino.com/
